Hace unos días hablaba con un amigo acerca de la Reprogramación Energética, técnica que utilizo para ayudar a pacientes con problemas serios de conducta o adicciones, y me animó a escribir este artículo.
Cuando hablamos de adicciones y conductas obsesivas, muchas veces no tenemos en cuenta la repetición de patrones o actitudes –heredadas o no- o acontecimientos que se repiten constantemente en nuestra vida y familia; y a los que no sabemos enfrentar.
Cuando esto ocurre, afloran en el individuo distintas emociones: angustia, ansiedad, frustración, etc. que lo llevan, ante su incapacidad de asimilar o solventar sus problemas, a recurrir otra vez al alcohol, drogas, tabaco, café, chocolate u otra conducta destructiva en contra de sí mismo y de su entorno familiar, social y laboral.
Esta “solución”, sólo sirve para neutralizar, calmar y otorgar una sensación de “tranquilidad” o de “aquí no ha pasado nada” momentáneas. Cosa que sabemos que a la larga sólo es un auto engaño, pues el verdadero rival, es este cúmulo de emociones que no sabe controlar y mantener a raya.
Los tratamientos de Reprogramación Energética son un muy buen instrumento para borrar los patrones que tenemos implantados tal vez desde la infancia o antes –estos patrones también pueden ser heredados-, clarificar la mente y disipar las emociones negativas, a fin de que el paciente pueda enfrentar y resolver sus problemas, dejando de lado las emociones que le llevan a actuar en contra de su propia salud o sicología. Por experiencia, la Reprogramación Energética brinda sensaciones de paz y motivación interior para realizar el gran cambio que sus vidas necesitan. Pues lo importante no sólo es que el paciente logre dejar la “muleta”, sino que obtenga la fuerza interior para “caminar” y seguir por el camino de una vida plena.
Creo que ha llegado el momento que ser sinceros con uno mismo y aceptar que las terapias que llevan durando 20 años con sicólogos y siquiatras, y las pastillas que se toman, no están ayudando. Han quedado obsoletas, pues si en tan largos períodos de tiempo no se han obtenido los resultados necesarios es porque a estas terapias les está faltando algo. Ese algo es el trabajo energético, el trabajo con uno de nuestros mayores componentes como seres humanos: la energía. Somos energía, ya nos lo han explicado los científicos ¿Porqué seguimos pasando de ella?
Cuando hablamos de adicciones y conductas obsesivas, muchas veces no tenemos en cuenta la repetición de patrones o actitudes –heredadas o no- o acontecimientos que se repiten constantemente en nuestra vida y familia; y a los que no sabemos enfrentar.
Cuando esto ocurre, afloran en el individuo distintas emociones: angustia, ansiedad, frustración, etc. que lo llevan, ante su incapacidad de asimilar o solventar sus problemas, a recurrir otra vez al alcohol, drogas, tabaco, café, chocolate u otra conducta destructiva en contra de sí mismo y de su entorno familiar, social y laboral.
Esta “solución”, sólo sirve para neutralizar, calmar y otorgar una sensación de “tranquilidad” o de “aquí no ha pasado nada” momentáneas. Cosa que sabemos que a la larga sólo es un auto engaño, pues el verdadero rival, es este cúmulo de emociones que no sabe controlar y mantener a raya.
Los tratamientos de Reprogramación Energética son un muy buen instrumento para borrar los patrones que tenemos implantados tal vez desde la infancia o antes –estos patrones también pueden ser heredados-, clarificar la mente y disipar las emociones negativas, a fin de que el paciente pueda enfrentar y resolver sus problemas, dejando de lado las emociones que le llevan a actuar en contra de su propia salud o sicología. Por experiencia, la Reprogramación Energética brinda sensaciones de paz y motivación interior para realizar el gran cambio que sus vidas necesitan. Pues lo importante no sólo es que el paciente logre dejar la “muleta”, sino que obtenga la fuerza interior para “caminar” y seguir por el camino de una vida plena.
Creo que ha llegado el momento que ser sinceros con uno mismo y aceptar que las terapias que llevan durando 20 años con sicólogos y siquiatras, y las pastillas que se toman, no están ayudando. Han quedado obsoletas, pues si en tan largos períodos de tiempo no se han obtenido los resultados necesarios es porque a estas terapias les está faltando algo. Ese algo es el trabajo energético, el trabajo con uno de nuestros mayores componentes como seres humanos: la energía. Somos energía, ya nos lo han explicado los científicos ¿Porqué seguimos pasando de ella?
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