Aceptar o Resistirse

Hablaba con un chico lector del blog, hace ya días, acerca de aceptar o resistirse, por algo que escribí en uno de mis artículos pasados y me pareció un tema que podemos ampliar, porque tal vez no todo el mundo como él entendió el sentido.
La idea era un poco aceptar aquellas cosas que te sobrepasan, que no dependen de ti y corregir, claro está, las que sí puedes modificar tú mismo. Él me decía que todo tenía solución si uno de verdad lo quería. Y es realmente una buena forma de ver la vida. Pero indudablemente tenemos que aceptar los hechos que no dependen de nuestra buena voluntad y nuestras ganas de salir adelante, sino que a lo mejor dependen de otros, gente que nos rodea, familiares, jefes, amigos o no tan amigos, etc…
Aceptar es ya, bajo el punto de vista que os propongo hoy, el inicio de solucionar algo. ¿Por qué? Por que nuestra otra opción es no aceptarla. Hago una salvedad para los que ven que la vida es gris, que esto ya lo sabemos, todo Ying tiene su Yang y viceversa… Pero aquí está el punto de controversia: ¿qué acepto?
Pensé en algunas cosas que nos suelen pasar cotidianamente:

Incapacidad:
La incapacidad para efectuar una labor, salir adelante o porque me hayan dicho toda mi vida que no soy bueno en eso…. ¡No lo acepto! Es más, cojo el reto y me demuestro a mi misma (a mí, porque el resto realmente no nos importa para esto) que yo SI PUEDO. Rechazo la incapacidad!!

Enfermedad:
Estudios han comprobado que hasta antes de que la persona sepa que puede morirse, se encuentra pachucha pero “sana”. Una vez recibida la sentencia, empieza realmente el declive inmunitario. ¿Por qué? Porque lejos de resistirnos al dictamen de otros (médicos, historias trágicas que nos cuentan, etc), lo aceptamos, nos identificamos con la enfermedad y por ende la hacemos nuestra. Estamos enfermos. ¡No! Aquí lo mejor para sanar sería decirnos a nosotros mismos que NO ACEPTAMOS esta enfermedad, que no estamos dispuestos a que nuestra vida se termine o a pasar por operaciones, que aceptamos nuestra SALUD por encima de todo porque amamos nuestra vida.

Muerte:
Ante el fallecimiento de un ser querido, sólo nos queda aceptar. Aceptar que su tiempo terminó, aceptar que su experiencia de vida fue la que tenía que ser y fue perfectamente lo que esa persona necesitaba; aunque pensemos que le faltó hacer X e Y. Aceptar que el tiempo que compartimos juntos fue el necesario y que yo actué según mi corazón y/o mis convicciones en esos momentos. Acepto que se valla, no me resisto porque sería un gran sufrimiento sobre mis espaldas. Le dejo ir en paz y le guardo en mi corazón para siempre.

Desempleo:
Acepto que la vida me está poniendo delante un nuevo camino, pues tal vez me hubiera anquilosado en el anterior trabajo los próximos 20 años de mi futuro, sin tener nuevas experiencias ni conocimientos. Acepto el cambio, me dejo llevar hacia las nuevas oportunidades, y me mantengo alerta porque quiero conocer lo que el juego de la vida tiene reservado para mí. Lo acepto y me pongo la mochila ¡¡listo para la aventura!!

Ruptura:
Por motivos diversos podemos separarnos de personas a las que queremos o queríamos, que nos quieren o que nos querían. Todos vamos evolucionando con el tiempo y hay que aceptar que la gente ya no quiera de nosotros o nosotros de ellas. Hay que aceptar que se sienten mejor con otros o nosotros sin ellos. Dejemos los rechazos de lado, aceptemos las nuevas condiciones pues detrás de una separación hay un nuevo encuentro con otra gente que se sentirá atraída por nuestra forma de ser, nuestra alegría por la vida o lo que sea que tengamos que nos hace ser especiales: que nos hace ser quienes somos.
Aceptemos que hemos trascendido a los demás y aceptemos a los nuevos que vendrán, porque vendrán aunque nos escondamos en un armario.

Yo a todo esto le llamo “darle la vuelta a la tortilla”: encontrar la razón de ser de las cosas que suceden, rendirse a la vida, aceptar lo que visionariamente nos llevará a algo mejor y resistirnos a lo que yo puedo cambiar con sólo aplicar mi voluntad. ¿Te parece utópico? Pues yo vivo así y por el momento, me da resultado. Ojalá te sirva a ti también.